sábado, 22 de diciembre de 2007

VAGABUNDEOS DE UN BOLINGA. CAPITULO SEPTIMO. HASTA LAS BOLAS.








Pues sí… hasta las bolas !!! Del papeleo y de los motivos navideños que me atenazan, que me amenazan… ni la casa de la benemérita se libra de con_decorarse.

Y a mi qué me importan los villancicos en cada tasca, qué me importará el pandero y la marimorena…. Además no salió el 35. Y mira que me lo temía. Y mira que tuve en mis manos un décimo con los números del gordo navideño pero pensé que la inversión no me merecía la pena. Y mira tú por donde. Maldita sea……

(Es broma)

Y ahora carretera y manta. Y que polvo tiene el camino… que polvo la molinera…

(También es broma, ha llovido)

No hay molinos ni siquiera de esos de viento. De los de Don Quijote no, de los eolicoléctricos tampoco. ¿Me explico? No sé si me explico. La Mancha me queda lejos. No hay molineras, pero si hay luces en los portales y en las barandillas. Me voy en busca de un río. Y de una estrella fugaz. Llevo cerveza de lata y vozka para tumbar a un cosaco. Ya ves.

(Y ahora si que no bromeo)

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