sábado, 22 de diciembre de 2007

VAGABUNDEOS DE UN BOLINGA. CAPITULO SEPTIMO. HASTA LAS BOLAS.








Pues sí… hasta las bolas !!! Del papeleo y de los motivos navideños que me atenazan, que me amenazan… ni la casa de la benemérita se libra de con_decorarse.

Y a mi qué me importan los villancicos en cada tasca, qué me importará el pandero y la marimorena…. Además no salió el 35. Y mira que me lo temía. Y mira que tuve en mis manos un décimo con los números del gordo navideño pero pensé que la inversión no me merecía la pena. Y mira tú por donde. Maldita sea……

(Es broma)

Y ahora carretera y manta. Y que polvo tiene el camino… que polvo la molinera…

(También es broma, ha llovido)

No hay molinos ni siquiera de esos de viento. De los de Don Quijote no, de los eolicoléctricos tampoco. ¿Me explico? No sé si me explico. La Mancha me queda lejos. No hay molineras, pero si hay luces en los portales y en las barandillas. Me voy en busca de un río. Y de una estrella fugaz. Llevo cerveza de lata y vozka para tumbar a un cosaco. Ya ves.

(Y ahora si que no bromeo)

viernes, 21 de diciembre de 2007

VAGABUNDEOS DE UN BOLINGA. CAPÍTULO SEXTO. A LA PORRA !!!





Aparqué cerca de la humanidad. Y la humanidad se me acercó a hurtadillas mientras dormía en el parking de una gasolinera.
Sentí murmullos de voces hoscas y algún ruido. Antes de que me diera tiempo a reaccionar una mano tocándome a tientas hizo que me incorporará sobresaltado y los hombres huyeron. Si los llegó a pillar les reviento la cabeza.

Se llevaron mi documentación junto con los restos de mi última paga. (A veces trabajo, a veces subsisto con los intereses que me suelta el banco por unos ahorrillos de cuando vendí el chabolo)

Ya no me quedaba sueño y he recorrido la carretera hasta el bar más próximo para arañar la calderilla de mis bolsillos.
Tras entonar mi estómago (que no he bebido pues me espera el cuartelillo para denunciar los hechos) he derrochado mis últimos eurillos, o mejor diré que los mande la porra.

Me lo he jugado todo al 35.
Si me toca el gordo tendré unas cuantas latas, turrones, mazapanes, polvorones, embutidos, el cava, el coñá, (igual incluso un segoviano) y el vinillo para la Nochebuena. (Amén de una estupenda cesta para arramblar los chismes).

Si no me toca le toca al banco soltarme mi pasta.
Igualmente tendré las latas, el turrón y demás, los embutidos, el cava, el coñá, (igual incluso
el segoviano) y el vinillo para la Nochebuena pero sin embalaje.

¿Feliz Navidad? Y que digo yo, que qué más dará

martes, 18 de diciembre de 2007

VAGABUNDEOS DE UN BOLINGA. CAPÍTULO QUINTO. EL AGUACERO



Pulsa:http://www.ojodigital.net/showphoto.php/photo/4994/ppuser/63
Soy de roca como la nocturnidad punzante y decembrina que hiela por doquier. No soy invencible pero me cansé de la lucha demasiado tarde. Mil muertes me sonríen, mil muertes me hieren en lo absurdo de la batalla.

Quisiera poder recobrar el pulso, los días puros, aquellos sentimientos inocentes, la simplicidad exacta de la magia que ya pasó. Pero es el sabor salado de las más recientes lágrimas el que me ha arrugado irreversiblemente la frente, el entrecejo. Es mi rostro un extraño de piel decaída y mate que escondo en el fondo del disco duro para no reconocerme en el anciano que seré (o no) cualquiera de estos días.

Las montañas de aristas escondiendo sus contornos en la niebla que anochece me revuelven con dulzura el intestino de cuasi regocijo.

Hablar, lo que se dice hablar, hace mucho ya que no hablo con nadie.

Y ahora, de repente, se cierne un aguacero.

Hoy, vino en tetrabrik y perritos calientes fríos, como el invierno que viene.

Muy buenas noches, me deseo.

viernes, 16 de noviembre de 2007

VAGABUNDEOS DE UN BOLINGA. CAPITULO CUARTO. MURCIELAGOS E INSECTOS

Pulsa: http://noticiarioglobal.blogspot.com/
Y esta noche un murciélago me invadió el aposento. Lleno ya estaba el cubil de moscas mosquitos y otros volátiles seres de la noche… mariposas, mandrágoras, amapolas de queso, lunas de cobre y ángeles desprendiéndose del universo de líneas que engullo mientras me relamo con wiski de primera. Esta semana hay festejos. Bien merecido homenaje.

(Entre paréntesis, le pido al cielo que me quite este tic de la escritura. Pero el cielo aún no me ha respondido).

Y sigo con paráfrasis que no sé que significa/n y con palabras absurdas que abanican romboedros asimétricos y deformadas curvas que se vislumbran inflexibles rectas en espirales.

En éstas el murciélago se cuela por la ventana. La ventanilla quise decir. Que es mi ventana sin rejas ni direcciones en este universo, perdido paralelo.

(Que la soledad sea conmigo por siempre, que no desee hombres ni mujeres, ni que me encuentren - como una oración que vibra recito).

Y suelto el libro en principio sobresaltado. El bichillo abrumado aletea zigzagueante. Ensimismado yo ahora lo contemplo.

Temo hacerle daño si le atrapo con las manos de garras acostumbradas al vidrio. Temo descoyuntarle el ala romperle el alma. Acaso temo cometer un sacrilegio. Acaso temo el dolor de liberarle. Me temo. Tal vez quiero cometer un asesinato. Espachurrarlo, retorcerlo. Acaso pretendo quemar la furia de mis ojos rojos contra los suyos. Acaso desterrar el ángel de la metáfora. Matar el metalenguaje… (¿qué cojones es eso?) Acaso apurar la botella hasta el fondo. Introducir al bicho en el fondo. Taponar la boca de la botella con corcho. Descorcharle la vida desconchándosela de cuajo….. Qué cosas digo.

Repiqueteo palabras que no comprendo. Frases que no son más que deleznables vaticinios contra corriente. Y el temblor del murciélago en mi mano me recuerda a mi mismo.

Entonces le acaricio como a un cachorro y deposito mi beso de alcohol enfermo en sus mejillas. Le acompaño a la salida y se pierde entre el susurro de los matorrales que ha pisado el ángel.

Cierro la ventana. La ventanilla.

Vuelvo a lo mío y ensayo estilos en mi cuaderno de notas.

domingo, 28 de octubre de 2007

VAGABUNDEOS DE UN BOLINGA. CAPITULO TERCERO. POLVAREDA


Pulsa:http://www.elmundo.es/magazine/num164/textos/vida1.html

En este sendero oscuro y lleno de polvo que me ciega los ojos, el vendaval es hoy incesante.

Un torbellino a lo lejos presiento. Presiento que viene a por mi y le echo una carrera. Piso el acelerador y aún más polvo gris elevándose cual niebla. (No sé por qué me da por escribir en este tono).
Me detengo. No veo.

De pronto golpea el embate. El torbellino choca y tambalea. La furgoneta resiste. Debo estar loco, que aún no he bebido. Olvidé cerrar la ventanilla aposta y tengo los ojos que me lloran.

Soy feliz. He ganado la carrera: Llegué primero.
Sigo masticando el polvo con sabor a tierra de otoño frío. Me reseco las lágrimas de barro.

Lloro de nuevo tierra vieja desde mis ojos heridos. Arañazos de dolor suturan mi corazón. Volví a sentirme vivo. Ahora cede el viento, retorna el paisaje oscurecido de (en) nubes. Retomo el camino. Y el camino respira de nuevo polvo aliviado.

En la próxima rotonda del desierto me tomaré una solitaria cerveza. Y luego otra. Y.... Mañana será otro día. No tengo prisa.

VAGABUNDEOS DE UN BOLINGA. CAPÍTULO SEGUNDO. EL ABEJARUCO



Pulsa:http://www.sierradebaza.org/Fichas_fauna/00_Aves/06-08_abejaruco/abejaruco.htm





El frío nos acompaña. Mi furgoneta y yo aparcados de nuevo en la soledad. Contemplo el mundo simple. Miro el campo pétreo desde este lado de la botella.
No bebo cuando conduzco. Lo he conseguido. Pero al reparar el ánimo y el cansancio detrás de los senderos alejados; cuando acampo el alma en el paraje desierto de hombres que he elegido, descorcho una botella.
Inhalo el frío. Caliento mi intestino repentinamente y el brillo que en mis ojos despierta me permite ver notas transcendidas. Se desmoronan los lugares comunes y el cielo me brinda pantallas en cinemascope siempre nuevas.
Hoy sin embargo el frío helado me hizo sentir un crak en mi estructura.
Al caer la tarde dentro de la noche llena de luna, un abejaruco congelado ha caído fulminado desde la rama del escarchado árbol.
He procurado devolverle a la vida, pero mis dones divinos esta vez me han abandonado.. Como casi siempre.
Le he buscado entonces un cobijo de tierra y piedras. Helado sí.
Pero hasta debajo del árbol regresará la primavera, el verano, el murmullo cálido de los gusanos antiguos, larvas amarillas inmemoriales que acabaran también por devorarme.
En tanto, la noche continúa, la botella aún no me ha derrumbado.

VAGABUNDEOS DE UN BOLINGA. CAPITULO PRIMERO. ¿POEMA?


Pulsa:http://camaleones.reptiles.com.es



beber sin tregua
como si el último vaso de vino
no fuera a dar tiempo a consumirlo
beber con estupefacción infinita


perder el sentido
romper el redondel de la botella en añicos
odiar el vidrio
buscar nuevos envases no retornables
botellas de mas vino
o licores aguafuertes


aguadientes
anécdotas de cenas
en envases descorchados


corchetes y semicorcheas
conteniendo la incertidubre certera
de un borracho mas
vomitando en la esquina
sujetando una farola


beber lineas torcidas
caminos rotos
beber soledad asfalto
ojos ausentes


camaleón en la noche del domingo
del sábado y del lunes
espectador crucial en la ladera
el monte helado replicando aluleluyas
desolado el paisaje



y sin embargo seguro