martes, 4 de marzo de 2008

VAGABUNDEOS DE UN BOLINGA. CAPÍTULO VIGÉSIMO PRIMERO. SUBTERFUGIOS.




No me di a la bebida por cuestiones amatorias ni para olvidar ni para recordar bebo. Bebo por dormir algunas tardes tristes u otras mañanas harapientas. Duermo la desazón de la vida que sólo tiene un destino y una dirección escrita. Lo demás son los tópicos sueños para pasear por la vida de por vida. Por eso duermo. Por eso bebo. Bebo con la furia del salvaje a veces, a veces con la dulzura del niño golosineando, a veces como una mujer despechada que quiere provocar un sacrilegio. Bebo porque la vida es absurda, indescriptible. Porque me aburre vivir sin hacer nada y vivir haciendo. Porque no tengo norte (ni quiero). Porque no hay sendero que no haya caminado en el que no se marchitaran amapolas.
Pero a veces no bebo.
A veces me limito a conducir resacas por intransitables carreteras imposibles.
A veces son días de kilómetros inciertos sin una solo gota, no vayan a pensarse.
Y otras veces me oculto al acecho en lugares donde no tengo cobertura.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Bebes más de la cuenta me parece, no es el hígado sólo el que te puede fallar, también el corazón, los riñones y hasta el bazo como sigas dándole aunque te la debe sudar por lo que dices que de un colapso general la palmes, lo peor sería que te quedases baldao y tuvieran que ingresarte en u hospicio de por vida, no se que iba a ser de ti. En fin. Cá cual es cá cual.... y encima los hay que haste te animan... y no es que yo quera embrorcarte eh? que no... sólo digo lo que pienso.

Anónimo dijo...

Joder Jimena !
:S

Anónimo dijo...

Vivir es una haza�a. Morir es el camino. �Y luego? Deber�a existir un desvio para huir de ambas.

Anónimo dijo...

Mi padre me decía que nunca me fiara de un hombre que no tuviera vicios o no los hiciera públicos. No dejé de quererle, pero sí de confiar en él ciegamente, porque él nunca ha tenido vicios.
Desde entonces sé que quien es capaz de hablar abiertamente de sus vicios nunca te va a engañar: sinceridad y auto-coherencia de las propias limitaciones.
Bebe, coño, bebe, que es tu musa, estoy seguro. Muchos grandes escritores o pensadores han sido grandes gracias al acercamiento a otros "mundos" a través del alcohol o las drogas.
Si alguna vez vienes a Barcelona nos vemos y nos pillamos una mona bieeeeeeeen goooooorda, y luego escribimos cada uno los que nos salga de la... borrachera, y "en cuanto recobremos el sentido y recordemos el password de nuestros blogs lo publicamos" (qué frase, dios mío, tenía que haber sido mía, ayyyyyy..., jejejé...).

Salud y rocanrol!!!

Lola dijo...

A veces bebo para emborrachar mi corazón (como dice un famoso tango); a veces, para emborrachar el deseo. Si bebo sola, el sueño me invade con dulzura. Si bebo acompañada difícilmente me duerma.
Te dejo "one for the road".