jueves, 7 de febrero de 2008

VAGABUNDEOS DE UN BOLINGA. CAPITULO DECIMO SEXTO. UN ESPEJISMO.




Lisérgico añil que aliña este secano después de un cielo en lilas que tiñe y se destiñe en cielo empecinado, un espejismo lila impertinente.

El perfil de una espiral se delimita desvayéndose en la hondonada, valles sembrados de mentirosas semillas huecas, surcos de reseca piel de arenisca roca que se me desmenuza el alma, que se desmenuza, quiero decir, la roca. La llovizna otro día traerá regueros de ladera diluida. El lodazal de nuevo desempata.


Y de nuevo el amor que (pies de barro) se derrumba en la orilla del asfalto.

Y yo aún que no he llegado a ninguna parte todavía.

3 comentarios:

Lola dijo...

Sí que es impertinente ese lila...

Anónimo dijo...

Apreciado amiga o amigo o bolinga del mundo:

He visto tu enlace recomendando la lectura de mis estupefacientes novelados y te lo agradezco mucho. Tengo que decirte que, además, tengo un gran amigo al que apodo "Bolinga" tuneando su apellido original y, si te pareces en lo mínimo a él, seguro que me caerás bién. Y tercero, he estado leyendo por encima tus capítulos bolinguísticos y me mola. Me dan ganas de beber hasta extenuación y reirme contigo.

Me reitero en los agradecimientos y te insto a que nos sigamos leyendo!!!

P.D.: Esta frase me pareció ciertamente brutal: "en cuanto recobre el sentido y recuerde el password de mi blog lo publico". Solemne!

Anónimo dijo...

Cualquier color cuando se sale de tono se pone impertinente, lola.

Nes, un buen libro nunca ocupa lugar y tratandose de bits ocupa menos. A ver si en una de estas, coincidimos en alguna ciudad, pueblo o aldeilla y nos echamos unos tragos.