A los veinte años me salieron canas, antes de los treinta mi pelo nieves completas lucía.
A los cuarenta casi, me caí del tejado mientras reparaba el alero.
Me trastabilló el pie y fue mi cráneo a estamparse contra el suelo.
Me creyeron muerto.
Pero siete vidas tiene el gato, aunque sea extranjero.
Me raparon, me repararon, me cosieron y como consecuente secuela inexplicable volvió a renegrearrme el pelo.
Ahora, a los cuarenta y tantos ni de una cana padezco.
Juventud divino tesoro, invierno divino infierno.
Dime cuantos aparento.
No tengo fotos.
7 comentarios:
Eso mismo le pasó al hermano de mi último ex.
Que bien se debe vivir en ningún sitio.
Paso de hacer cuentas, chocho, que yo soy de letras...
... a mi no me crece el pelo ni pierdo el vicio ni na de na, pero tenemos algo en común... me llevo un (espero que no mal) trago pal camino...
saludten
Y buen viaje !!!
No pregunto cuántos son, sino que vayan saliendo. Se te lee muy bien.
Salute!
Si es que la ocasión la pintan calva a veces, Donatela de mi soledad, pero no sé porqué.
No me conteis cuentos chicas -se lo digo a la chirvi y a la lola....
Marcial Tu Eres El Mas Grande, ya t loe dicho !
t loan dicho ... que parece que me quiera poner como el burro delante ...
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